«Sangre» en la imprenta
No, no… Si no será el taquillazo de este otoño (aunque podría ser un gran thriller gore-psicológico), a lo que nos referimos es al SANGRADO DE DOCUMENTOS, un término que aunque su aplicación es sumamente sencilla, genera bastantes dudas en los clientes a la hora de enviar su trabajo a impresión.
La «sangre» o «sangrado», es el término que indica el tamaño de más que damos a nuestro diseño contando con que a la hora de cortarlo en la guillotina (o troquel), éste quedará al tamaño final deseado. Esta práctica, evita la posibilidad de que queden bordes blancos indeseados alrededor del trabajo terminado. Es decir, se dice que un impreso va «a sangre» cuando la impresión llega hasta el borde del mismo. En este caso, la imagen debe continuar fuera del tamaño final.
Los programas de diseño gráfico (Freehand, QuarkXpress, Indesign, Illustrator, Corel…) te permiten implementar esta característica directamente. Habitualmente, la sangre de un documento debería de ser de 3 milímetros. Es un tamaño suficiente para evitar los posibles desplazamientos de la cuchilla de la guillotina (o troquel) y que el trabajo quede mal cortado.
También se deberá tener en cuenta a parte de la sangre (exterior), un margen mínimo entre el trabajo que va dentro del corte y el corte en sí mismo. Habitualmente, como mínimo debemos dejar 3 milímetros de margen interno (aunque serían recomendables al menos 5 milímetros, para que nuestro diseño «respire»).
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